¿A que tengo cara de ángel? Todos lo dicen. ¿Ves mis ojos? Tan claros y azules, les entregarías el alma. Y el pelo, ¿lo ves? Rubio como el de un ángel,la piel blanca.(...) Mi tía dice que viene de lejos, al menos cinco generaciones. (...) Soy como un Ferrari en un desgüace.(...)¿Te enseño mi conchita?
Lila dice eso y muchas cosas más. Lila pasea en su bicicleta con Chimo, el chico que le gusta, y nos enseña que el amor no es inocente, que no todo lo que se dice se hace, o como Chimo: que no todo se puede decir o escribir.
Vahina Giocante compone una hermosa e inquietante Lila, con reminicencias de la presencia de la Lolita de Nobokov/Kubrick o la locura de Catherine del Jules et Jim. la seducción/atracción/rechazo entre los dos jóvenes de diecinueve se plantea a través del juego de palabras chocantes y provocativas como la propia figura de Lila. Un gran logro del guión adaptado del libro homónimo.
La cámara siempre está explorando, a veces quieta, a veces en movimiento, con angulos pícados, encierran a los jóvenes en los confines del vecindario inmigrante (musulmán) donde se desarrolla, como se desarrolla también la vida y la sexualidad. Pero... el diablo mueve la cola.
Entonces, Lila dice, yo sólo escucho (y veo).
Lila dit ça. Ficción 89 min. - Francia / Inglaterra - Dir. Ziad Doueiri