7.21.2006

Batman : Amor (Parte II)

Almacén – Interior / Noche

El almacén esta lleno de cajas apiladas por doquier, se nota que el lugar ha sido abandonado hace un tiempo ya largo.

Batman se mueve sigilosamente, escucha pasos a lo lejos. Ve prenderse una luz en el otro extremo del almacén, él se dirige hacia allá. Encuentra una silla dándole la espalda. La voltea: Alfred, su mayordomo, está sentado ahí: muerto y con los labios cosidos.

Batman
Colérico

¡NO!

A lo lejos, se escucha una carcajada in crecendo, es la carcajada del Guasón. Batman sale a su encuentro.

Habitación cerrada – Interior / Noche

El cuarto está completamente a oscuras. Se percibe al fondo de ella, en claroscuro, una silla giratoria donde está sentado el Guasón riendo. Batman irrumpe violentamente en la habitación, voltea la silla. Batman lo golpea. El Guasón y la silla caen. Él está inmovilizado en una camisa de fuerza, y a la vez, atado a la silla. Batman se sorprende al verlo cautivo. Una sombra aparece tras Batman y lo noquea.

(continuará)

7.20.2006

La Buena Vida

Marcello Rubini (Marcello Mastroiani) es un escritor en ciernes, que vive fungiendo de periodista con relativo éxito. Pasa sus días rodeado de mujeres y fiestas, en una ambiente baladí, comisionado a perseguir celebridades o cubrir notas curiosas; debe debatirse entre la rutina y la vocación de escribir su propia novela.

Relatada en episodios inconexos o vagamente conectados, se va escamoteando el talante del protagonista, siempre con una cámara superficial, como quien no quiere atravesar la futilidad de las situaciones retratadas y descubrir tras el vacío al verdadero Marcello, que se deja ver pocas veces, en momentos de soledad o silencio. Nunca terminamos de entenderlo, pero Marcello se nos hace cercano relacionándose con sus mujeres (su histerica novia, su amante, la estrella veleidosa), con su padre o sus amigos (Steiner, Papparazzo), hasta el punto de sentir simpatía por un tipo a veces amoral, pero de carne y hueso.

No creo que pueda aportar nada nuevo al análisis de esta película hablando de su preciosa luz, sus textos inteligente y fluidos, su composición lateral o en profundidad, entre otras muchas virtudes. Todo eso lo han dicho ya antes y con más detenimiento de lo que yo pudiera expresarlo, otros. Solo me queda hablar desde la experiencia personal de quien también busca la creación como motivo y obra.

La Dolce Vita se convierte en un manifiesto de la lucha del artista o, seamos menos presuntuosos, el creador por hallar un espacio para su desarrollo, de la imposibilidad de un tiempo muerto para la reflexión en un mundo apurado y lleno de apariencias, de risas y juegos bacos. Fellini medita sobre estos aspectos, quizá por la propia experiencia. Después, nos deslumbrará con una historia sobre el proceso de parto creativo: . Que será su victoria sobre ese mundo complicado y banal que ahora critica.

Porque como advierte Fellini mismo, al final de la fiesta, y de la cinta, uno puede quedar atrapado en esas redes como un pez deforme que mira el cielo esperando el último estertor de su agonía o vadear el río y entregarse a la creación. Todo es cuestión de decidirse.

La Dolce Vita. Ficción 180 min. - Italia / Francia, 1960 - Dir. Federico Fellini

7.18.2006

Menú para el espíritu

Refundida entre las tradicionales calles de Barranco, un pequeño local de toldo rojo y tímido farol anuncia en su pizarra, a media acera, un menú poco común. Es alimento para el espíritu. Cualquier parroquiano despistado podría confundir el recibidor y el pasadizo largo que termina en una boca oscura con algún restaurant extravagante o hechizo. ¡Qué raro local!

A pesar, de la barra del recibidor, no se vende tragos, ni piqueos, sino pines, revistas. Ahí se cobra la colaboración de ley (pueden decirle entrada, si quieren). El corredor a continuación, plagado de carteles, todos de cine, desembocan en una sala pequeña con butacas anacrónicas. Es El Cinematógrafo: un lugar casi mítico, siempre había escuchado de él, o lo había visto en el listín del periódico, pero nunca lo habia visitado. Es un ambiente pequeño, con aire de añoranza por el viejo cine, como sus butacas; o mejor dicho, por el viejo rito del cine: ese de ver y sentir. Acogedor, apacible, amable.

La oferta varía con el día: documentales, cine asiático, clásicos, películas peruanas, como para que el ojo no se engolosine, o se quede famélico, una dieta variada para que uno saboree de todos los manjares del orbe. Una propuesta interesante que enriquece una cartelera que nos acostumbra a popcorn y gaseosita light. De hecho, esa es una de las funciones importantes de un cineclub.

En esta primera (única, pero no última, espero) vez en El Cinematografo, vi ¿Donde está la casa de mi amigo? de Abbas Kiarostami, una película iraní sencillísima pero también muy poderosa. Tierna, alegre, solidaria, profunda. Me sentí bien de poder visionarla. Por ahora, no suelo viajar mucho a Lima, pero ya hay una escusa más para (volver a) ir.

Pd. Gracias a Rafo y Angie por compartir la aventura.

7.06.2006

Buffalo ´66

Nuestros padres, los amigos, el lugar donde vivimos, una mala o buena idea, una metida de pata, todo influye y tiene una consecuencia. Las cosas que vivimos nos marcan para siempre y puede parecer que determinan nuestro destino, sin embargo la vida es una sorpresa que nunca termina y nuestra voluntad es lo que colorea las calles por donde finalmente seguimos camino

Buffalo ´66 es una película de autor y eso se disfruta en el film. Vincent Gallo actua, escribe dirige y musicaliza esta opera prima que cuenta con un buen nivel de actuación de los protagonistas y aprovecha de manera muy simple pero bien lograda las posibilidades del lenguaje audio visual. Los personajes son mostrados a través de flash back y escenarios que complementan todo lo que no se dice de ellos y deja entender su estado actual, incluso permite entrar en los mundos propios con escenas que remarcan sus sueños, ideales perdidos o pequeños refugios a donde escapan.

La mayoría de las veces no queremos mostrarnos déviles, llorar lo sufrido o desenvainar nuestros odios, entonces preferimos ocultarnos juagando a que somos fuertes, alegres o extremadamente tolerantes. sin embargo suceden cosas en nuestra vida que definitivamente las marcan para siempre y talvez determinan nuestro destino, la cuestión está en elegir con cual de todas nos quedamos para seguir camino.

Buffalo ´66. Ficción 112 min. - USA, 1998 - Dir. Vincent Gallo