6.21.2006

Batman : Amor (Parte I)

Techos de la Ciudad Gótica - Exterior / Noche

Ciudad Gótica. Es una noche sombría, entre los callejones y las azoteas de la ciudad, avanza una sombra humana. Se desplaza deslizándose por los techos, columpiándose entre los edificios. La sombra se detiene sobre un techo y observa la ciudad. La sombra se perfila, se ve su figura: es Batman

Batman
En off
Esta última semana ha sido una pesadilla,
la ciudad es un infierno, más caótica que nunca.
No he tenido descanso…

Batman sigue avanzando por techos

Batman
En off
Una desgracia tras otra. Primero, desaparece Robin,
el Guasón escapa de nuevo, luego el comisionado acribillado.
Todo me conduce al Guasón, ese hijo de puta, pero...
no sé… algo más está sucediendo…

Corte a Título: Batman : Amor

Batman llega a un almacén y entra por una ventana

(Continuará)

6.17.2006

Montmartre 15-40

Aunque el cine más comercial generalmente busque sorprendernos con historias novedosas (sic), temáticas exóticas o innovadores efectos especiales; uno sabe, en el fondo, que las historias que nos cautivan son las más simples, porque son como la vida real. Digamos, por ejemplo, una historia de amor cualquiera, como la de Un Hombre y Una Mujer.

Ella trabaja de script en películas, él es un piloto de prueba de autos. Sus hijos que estudian en el mismo liceo, serán el pretexto para un encuentro casual y casi forzado. Pasarán de la conversación de ley al descubrimiento embelesado, luego a la ilusión y finalmente, al amor. No sin antes tener que enfrentar sus fantasmas y sus dudas, para quedar juntos por fin. Porque, para acierto de la cinta, la historia acaba cuando comienza, sin más porqués, sin más cómos.

Un Homme et Une Femme es una anécdota simple que se ve potenciada por el estilo de la narración: contemplativa pero nunca lenta, más cercana a adjetivos como "tierna" o "fresca", con actuaciones con sabor a improvisación sobre todo en la interactuación de los protagónicos (Jean-Louis Trintignant, Anouk Aimée) con los niños.

La película cambia de color de escena en escena: del blanco y negro, al color y al sepia, dotando de significados sutiles y sentimentales a cada fragmento del relato, resultando este artificio en una eficaz herramienta de comentario de la narración. Narración que salta al pasado y regresa, y que por momentos, se arma como un videoclip, aprovechando técnicas televisivas o documentales, para que el romance avance grácilmente hasta su final.

Párrafo aparte merece el iletrado conductor de esta pequeña historia: la magnífica música de Francis Lai, convertida ya en un soundtrack clásico y que en muchas secciones de la película toma un protagonismo inusual como en el caso de la Samba Saravan.

Ganadora de la Palma de Cannes y el Oscar a Película Extranjera en el 66, es una película que no defrauda y deja un halo de buena vibra, siempre. Y eso es lo más importante. Como para salir a pasear después de verla.

Un homme et une femme. Ficción 102 min. - Francia, 1966 - Dir. Claude Lelouch

6.06.2006

Harry y Sally

"Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque la parte sexual siempre se pone de por medio" con esta máxima Harry Burns le aclara a Sally Albright su forma de ver las relaciones sociales entre sexos. Éste será, también, el punto de inicio de una larga historia de encuentros y desencuentros entre dos personas que a lo largo de más de una década con suerte se volverán amigos o algo más.

When Harry met Sally... es una comedia romántica que a estas alturas se ha vuelto un pequeño clásico del género por su honesto acercamiento a los yuppies de finales de los ochentas y a la relación de pareja en general. Tiene el logro de no aburrir en la repetición, la he visto más de un par de veces y reído por igual en cada oportunidad. Por momentos parece una pieza sacada de la cabeza del Allen de Annie Hall, con textos largos conversados al borde de una mesa con una frescura y chispa enorme, un score citadino y hasta jazzeado en algún momento, y por supuesto Nueva York como telón de fondo.

Por supuesto, esta historia no tendría forma de ser sin sus protagonistas: Billy Crystal como Harry,en un papel tras el cual ya sólo necesita dedicarse a presentar el Oscar; y Meg Ryan como una Sally a la que le aporta todos los tonos necesarios, hasta para que llegue
literalmente al orgasmo. Ellos dos, con sus manías, depresiones e ilusiones, extraídas en gran parte del director Rob Reiner y la guionista Nora Ephron, son los pilares de esta cinta.

Cuando uno ve a Harry y Sally complicándose en pantalla, ya la película lo ha envuelto por completo. Porque si a uno nunca le ha pasado lo que a ellos, por lo menos alguna vez ha pensado lo que dicen y asiente. Y cuando termina la proyección, uno está riendo o suspirando, siempre con algo de cinismo, que no es más que un poco de conformidad ante esas historias de amor que se ven siempre o que contaban antaño en peliculas como
Casablanca. Películas por las que también suspiran Harry y Sally.

When Harry met Sally.
Ficción 96 min. - EEUU, 1989 - Dir. Rob Reiner

6.02.2006

Hard Candy

Heyly y Jeff, dos chateros, quedan en encontrarse en un café despues de 3 meses de "conocerse". ¿Suena familiar? Eso no estaría mal, si ella no tuviera 14 y él poco más de 30. Menos aún si al poco rato están en la casa Jeff tomándose unos tragos y por hacer una improvisada sesión de fotos. Parece que Jeff la pasará bien, pero Heyly tiene otros planes: pepearlo y practicarle una vasectomia casera...

Hard Candy es una historia inquitante, donde el juego sicológico va despellejando a sus protagonistas como cebollas, con inesperados descubrimientos que van densando, minuto a minuto, a unos personajes con los que uno nunca se identifica pero tampoco puede abandonar. La propuesta aquí es el cazador cazado. ¿Quién es el lobo y quién la caperucita?

La película mantiene el interés y el pulso en toda su duración, se acelera sólo en los momentos violentos, y se disipa y mantiene en las largas conversaciones, sin aburrir nunca. La educación en videoclips de su director, David Slade, tiene sus frutos. Tanto el uso de la música, sumamente medida, y del color son precisos. La cinta está saturada de verdes, rojos y blancos, que evocan irremediablemente a la fábula de la caperucita roja.

El ambiente claustrofóbico, con muchos primeros planos y cuerpos atrapados básicamente en la única locación que es la casa de Jeff, y las actuaciones conchudamente reales, sobre todo la de Ellen Page (Kitty Pride de X-men 3) hacen creíble una situación que por momentos linda con lo inverósimil por lo maquiavélico y terrible de la misma.

Inquietante, provocadora. No creo que nadie se pueda quedar tranquilo al verla. Uno aprieta los dientes (sino las piernas). Y más de uno
se la pensará dos veces, la próxima vez que se le antoje bajar porno del Internet. Hard Candy es un caramelo amargo, difícil de digerir pero de todas maneras interesante.

Hard Candy. Ficción 103 min. - EEUU, 2005 - Dir. David Slade