Contando Trenes
Los trenes pasan exactamente a la hora señalada, es la maquinaria perfectamente engrasada en el Tercer Reich, aun cuando es el 45 y las tenezas de los aliados están acorralando a los Nazis, ellos cumples con sus horarios y su disciplina. "Yo lo único que tengo que hacer es jalar de la palancas y dejar que los trenes pasen, y que la vida pase" piensa Milos Hmra, último descendiente de una familia checa de haraganes y aprovechados: su padre y abuelo viven o vivieron de pensiones del Estado, su otro abuelo se la pasó de hipnotista hasta que lo chancó un tanque en el 39. La vida es fácil cuando solo tienes que contar trenes.
Ajustada adaptación de Trenes Rigurosamente Vigilados de Bohumil Hrabal, especie de Bukowsky checo de obras cuasi-autobiograficas. La historia se presenta de manera lineal, pero resuelve de manera correcta los vaivenes temporales de la obra literaria, preservando el humor y la sordidez del original (hoy leí y vi las dos). La película se escamotea la censura de su época e incluso logra alguna escena erótica eficaz (la de los sellos). Las actuaciones son cumplidoras, sin más.
Milos tiene una novia que lo ama, Masa, pero él no puede cumplirle, "eyaculación precoz" le llaman. Después de su propia decepción, debe buscar resolver su "problemita" probando la experiencia de alguna mujer mayor, para lo cual pide ayuda a Hubicka, un mañoso y simpatico empleado de la estación de trenes. Pero en medio de su íntimo conflicto la patria lo llama, la sangre checa, la reinvidicación de su familia. Milos observa trenes, en media hora pasa el tren indicado. No se le debe pasar.
Ostre sledované vlaky. Ficción 91 min. - Checoslovaquía, 1966 - Dir. Jirí Menzel
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